La
Tecnocracia VI
Debo
hacer una digresión obligada, justificar un lapsus; he olvidado al tecnócrata
del siglo XIX por excelencia: Don Lucas Alamán.
Siguiendo
a la Wikipedia:
Lucas
Alamán (Guanajuato, Guanajuato; 18 de octubre de 1792 - Ciudad de México, 2 de
junio de 1853) fue un empresario, político, historiador, naturalista, y
escritor mexicano.
Primeros
años de vida y educación
Alamán
formó parte de una prestigiosa y adinerada familia española. Sus padres fueron Juan Vicente Alamán y María
Ignacia de Escalada y Madroñero, descendiente de los marqueses de San Clemente.
Estudió
en el Real Seminario de Minería de la Nueva España, donde destacó en
disciplinas como mineralogía, física, química y botánica. Viajó con frecuencia
por varios y diferentes países participando como científico y diplomático,
convirtiéndose en uno de los hombres con mejor educación en México. Salió de
Veracruz en enero de 1814 llegando a Cádiz, España para después tratar con
personas de peso político de su tiempo como el dominico Servando Teresa de
Mier. Las relaciones que había establecido en el extranjero le permitieron ser
un hombre culto y crítico de su realidad novohispana. De igual forma las
relaciones le abrieron espacios en puestos públicos de gran importancia.
La
juventud de Lucas Alamán tiene también un hecho histórico que lo marcó para
definir en su vida futura sus ideales. En 1810 las tropas insurgentes de Miguel
Hidalgo lograron llegar a Guanajuato para atacar la Alhóndiga de Granaditas
donde se resguardaban los españoles adinerados. Los disturbios estaban cerca de
su casa, misma que no fue atacada por órdenes de Miguel Hidalgo, siendo testigo
del pillaje y barbarie del ejército insurgente.
Vida
como político
En
1821, antes de la consumación de la independencia de México, Alamán fue
diputado ante las cortes del Trienio Liberal (el parlamento nacional español)
con la representación de la provincia de Nueva Galicia (actualmente: Jalisco,
San Luis Potosí, Nayarit, Sonora, Sinaloa, entre otros estados) en la Nueva
España. Para llevar a cabo este cargo, tuvo que viajar a la península ibérica.
El tiempo que estuvo allá, escribió uno de los más importantes textos de su
carrera: Ensayo sobre la decadencia de la minería en la Nueva España. Esto
provocó que se dieran algunos decretos que beneficiaran en el aspecto minero al
país por la Junta Provisional Gubernativa.
También
propuso que la corona española para crecer debía constituirse como imperio,
permitiendo que príncipes de linaje español tomaran el trono en México, Perú y
la Nueva Granada. Esta fue una de las razones por las cuales se le propuso un
lugar en la corte, pero él no lo aceptó. Viajó a París, después a Londres, y
allí fundó la Compañía Unida de Minas, que inició una explotación en Durango,
en el Cerro del Mercado.
Después
de la independencia de la Nueva España, Alamán regresó a México y se convirtió
en uno de los políticos más influyentes en el naciente país. Fue cofundador y
miembro permanente del Partido Conservador Mexicano, que apoyó la organización
centralista de México. Se dijo que había sido uno de los organizadores del
asesinato del héroe de la independencia Vicente Guerrero, pero fue llevado a
juicio y se comprobó que se le acusaba injustamente, por lo que quedó libre.
En la
junta que gobernó México tras la caída del Emperador Agustín de Iturbide,
Alamán tuvo de 1823 a 1825 el puesto de ministro del Interior y de Relaciones
Exteriores. Fue miembro de la junta que gobernó brevemente en 1829, después de
que se ejecutara el Plan de Jalapa, el cual tenía como objetivo la instalación
de Anastasio Bustamante como presidente. Después de lo que se vio como el
desastre del despojo de Texas en 1836, Alamán se retiró en gran medida de la
política, aunque siguió promoviendo los intereses del país como director de la
Junta de Fomento de la Industria (Dirección de la Promoción de la Industria)
desde 1839 hasta su muerte.
En la
década de 1840 se dedicó principalmente a escribir la historia de México desde
la perspectiva de un conservador. Sus principales obras fueron Disertaciones
sobre la Historia de la República Mejicana en tres volúmenes, escritos y
publicados de 1844 a 1849, y sus cinco volúmenes de Historia de Méjico, desde
los primeros movimientos que prepararon la independencia en el año de 1808
hasta la época presente, entendiendo por época presente la etapa en la que
vivió el autor, quien publicó dichos volúmenes en México de 1849 a 1852. Esta
historia fue una de las grandes producciones intelectuales del Partido
Conservador de México del siglo XIX que, junto a las obras de Carlos Pereyra,
ya en el siglo XX, es una de las pocas historias escritas por autores mexicanos
que consideran la presencia española en el país de manera favorable.
Otros
trabajos y muerte
Aunque
en el ámbito político Alamán fue un conservador a ultranza, en los ámbitos
industrial y económico, en cambio, se comportó como un auténtico progresista,
desarrollando en tales ámbitos una amplia actividad. Después de un largo tiempo
presentó lo siguiente:
Uno de
sus aportes representativos fue el conocido “Pacto de Familia”, un proyecto de
integración cuyo fin era fortalecer la posición de la región en el mundo. El
objetivo era reavivar la solidaridad continental, y promover una nueva asamblea
hispanoamericana como espacio fundamental para alcanzar acuerdos, Lucas Alamán
envío dos plenipotenciarios -Manuel Díez de Bonilla y Juan de Dios Cañedo- a
Centro y Sudamérica. El “Pacto de familia”, fue la esencia de una ambiciosa
propuesta regional que suponía la conversión de México en la “Metrópoli de toda
la América”. Su intención consistía en enviar plenipotenciarios a los países
del sur para invitarlos a participar en la conformación de un sistema
hispanoamericano que les permitiera hacer frente a problemas comunes, que
incrementara el peso del conjunto de países en la escena internacional y que estrechara
sus vínculos en forma permanente a través de la cooperación.
Fundó
varios periódicos, entre los que estuvieron El Tiempo y El Universal órganos
que sirvieron para la formación de una ideología conservadora en México y que
aparecieron justamente en el momento en que Alamán componía su Historia de
Méjico (el nombre del país: México, se escribía así en aquellos años). También
escribió el texto Semblanzas e ideario.
Entre
sus acciones más importantes se encuentran la creación en la Ciudad de México,
a partir del Gabinete de Historia Natural, del «Museo Nacional Mexicano» (hoy
en día desde hace ya tiempo escindido en dos museos separados: el Museo de
Historia Natural y el Museo Nacional de Antropología) y la fundación del
Archivo General de la Nación. Éste último ha sido muy importante para el
aprendizaje de los acontecimientos históricos en México y la comprensión de los
procesos políticos de la República mexicana. También fundó y dirigió una
empresa minera, estableció la primera fundición independiente en México en
1825, administró los bienes de los descendientes de Hernán Cortés, y se
desempeñó como gobernador de la ciudad de México en 1849.
Alamán
envío al Congreso un nuevo proyecto que contemplaba la creación de un banco
diseñado especialmente para fomentar la industria nacional: el Banco de Avío.
Las operaciones del Banco de Avío ofrecerían préstamos a compañías o
particulares a un interés razonable. Él estaba convencido de la necesidad de
construir una industria nacional como una vía necesaria para consolidar la
independencia y caminar por el rumbo del progreso.
El
fortalecimiento industrial para Lucas Alamán se vinculaba estrechamente con su
idea de la soberanía nacional. Lamentablemente el fracaso del Banco de Avío se
explica por diversas razones, entre las que destacan la falta de experiencia de
sus directores y la situación precaria de la Hacienda Pública.
Volvió
al servicio público nacional en 1851, cuando Santa Anna lo nombró por última
vez para el cargo de secretario de Relaciones Exteriores, en el cual realizó su
trabajo hasta el día de su muerte (a causa de neumonía), el 2 de junio de 1853.
En su libro
sobre este Banco Robert A. Potash, La fundación del Banco de Avió en México: el
fomento de la industria 1821 – 1846.
Potash
analiza la función del Banco de Avió en México cuando prestaba fondos a la
industria textil mexicana y otras empresas. No han faltado criticas esa
práctica pues no faltó quien considerara que su desempeño era corrupto e
ineficaz, pero el autor concluye, al cabo de su análisis que ese aporte tubo
gran efecto sobre el desarrollo de la industria textil de México, lo que fue
después de todo el propósito de su creación.
Hay
quien dice que la reconciliación entre conservadores y liberales estuvo a punto
de darse en México poco antes de la muerte de Lucas Alamán por la mediación de Sebastián
Lerdo de Tejada.