Esta actitud lleva a recordar que durante la gestión de Felipe Calderón los presupuestos asignados en los rubros de educación superior e investigación han sido defendidos de manera decisiva por el Congreso de la Unión. La falta de entusiasmo del presidente respecto al trabajo científico y tecnológico no resulta ajena a las posturas de la derecha, sobre todo la inspirada en el catolicismo. En sus versiones más extremas esta corriente de pensamiento sólo acepta el origen de la vida como resultado de la creación divina, lo cual la coloca en contra del darwinismo, de la biología celular, de los adelantos en genética así como de los planteamientos de Sigmund Freud y su concepción acerca de la sexualidad, o de Einstein sobre la relatividad.
El Presidente Calderón se muestra fiel a esta tradición de la derecha que hunde sus raíces en el S. XVII, como una reacción a la primera revolución tecnológica en el mundo. Un ejemplo se encuentra en Charles Maurras, teórico de la derecha gala, conocido en México por las semejanzas que pueden establecerse entre la reacción de la derecha a las revoluciones de 1789 en Francia y de 1810 y 1910 en México. Esto lo podemos ver en el artículo de mi autoría en donde se intenta caracterizar a la derecha mexicana en el siglo XX, y en el tercer tomo de Historia de las derechas en Francia, de Jean Francois Sirinelli.
http://www.journals.unam.mx/index.php/rep/article/view/27336/25371