China
Y México
Nos
preguntamos en que nos parecemos a China: En el libro de Erich R. Wolf las
luchas campesinas del siglo XX publicado en México por la editorial Siglo XXI, siglo
veintiuno editores. “El antropólogo e
historiador estadounidense de origen judío adscrito al marxismo, conocido por
sus estudios sobre el campesinado, la influencia de Europa y sus relaciones con
América Latina, quien defendía una visión global de los estudios que debían
inscribirse en los contextos socioeconómicos mundiales y no exclusivamente
locales”. Dónde, “Presenta seis casos de revolución de
nuestro tiempo en que los campesinos han tomado la iniciativa: México, Rusia,
China, Vietnam, Argelia y Cuba. Analiza las distintas categorías de campesinos,
a los terratenientes, los comerciantes y los sacerdotes. Plantea cómo la acción
de los campesinos se inspira en la tradición y cómo, también produce cambios en
la estructura política y en los patrones del mismo campesinado”.
El
caso chino lo ubica hacia 1644 donde el control total de China había sido
obtenido por la dinastía Ch’ing. Para concluir que; “El pasado estuvo marcado por definiciones confucianas en las relaciones
sociales importantes. Esta tarea ha caído en el presente en el pensamiento de
Mao, con su insistencia en que las sanciones definitivas en la nueva sociedad
son menos el resultado de la fuerza que de la persuasión moral”. El libro
se editó por primera vez en inglés en 1969 y tres años después en español en
1972 y la edición que cito es la primera reimpresión de 2011 en los agradecimientos cita a
Friederich Katz y a Frederic Wyatt, sobre China entre otros agradece a Michael
Maccoby por su valiosa referencia sobre México.
Para
los casos que nos ocupan, México y China, el primero lo observa desde la
tradición centenaria en la Nueva España para considerar un fuerte Poder
Ejecutivo central que estimula el desarrollo capitalista pero que está en
posición de equilibrar las demandas de los campesinos y los trabajadores
industriales con las de los empresarios y grupos de clase media.
Hay que
aclarar que en México se cegaron miles de vidas en los tiempos de las guerras floridas
y la historia se reescribió en los tiempos de Tlacaélel y si nos apresuramos
mucho, podríamos pensar que México a través
de los Siglos de Vicente Riva Palacio, es un intento por reescribir la
historia de parte de los liberales, sin embargo, nada comparado con la revolución
cultural la cual es ligada con Xi Jimping como nos lo señala Orville Schell en
el último número de Foreing Affairs.
Ronald
Coase y Ning Wang dijeron de su libro How
China Became Capitalist: "Siendo
un relato de cómo China se volvió capitalista, nuestro libro se enfoca
principalmente en las dos primeras décadas de reformas. Dentro de este periodo,
nuestro relato está dividido en dos partes por un suceso divisorio, el
Movimiento Estudiantil de 1989". Y va de la muerte de Mao a la transición
de China.
“La primera parte del relato se trata
acerca de dos reformas. Una fue diseñada por Pekín; su objetivo era revitalizar
el sector estatal y salvar al socialismo. La otra resultó de iniciativas que
vinieron desde abajo. La reforma liderada por el Estado se dio en dos partes.
La primera empezó en 1976 bajo Hua Gofeng. Hua era el sucesor designado por
Mao, quien consolidó su base de poder luego de arrestar a “La Pandilla de los
Cuatro” y poniéndole fin a la Revolución Cultural. Aunque era leal a Mao, Hua
era un reformador económico”.
“Con el respaldo total de Deng Xiaoping y
otros líderes chinos, Hua lanzó su programa económico modernización, que luego
sería criticado desdeñado como “El Salto al Exterior”. Esencialmente, era un
programa liderado por el Estado y por las inversiones, con un enfoque en la
industria pesada; es un buen ejemplo de lo que los economistas denominaron “la
industrialización del gran empuje”. Pero el programa duró poco más de dos años.
Se canceló a principios de 1979, en parte debido a sus propios defectos y en
parte debido al cambio de liderazgo: a fines de 1978 el Comité Central tuvo una
reunión, en la cual Deng Xiaoping y Chen Yun volvieron al poder y Hua ya no
estaba al mando”.
En su número
del 16 al 22 de diciembre 2017 la revista The
Economist dedica su portada al Cambio de Poder, el nuevo cambio de la influencia
China. Ahí nos señala como China está manipulando el debate en las democracias
occidentales y como el Gobierno chino está usando sigilosamente el cambio de la
opinión pública y el mudo criticismo en otros países.
En la
actualidad China ocupa el segundo lugar entre los PIB mundiales y México el número
quince. El territorio y la población son más grandes entre el primero y el
segundo caso. En su libro: ¡Crear! o morir: la esperanza de la América Latina y
las cinco claves de la innovación. Oppenheimer piensa en base a entrevistas
sacadas en el campo que el futuro de Latino América es la innovación
tecnológica que al igual que en China descansan en una fuerte inversión
educativa tanto por parte del Estado como de la familia. El factor cultural es
determinante en las actitudes de los empleados y pueden hacer ahora que se
dirijan en la correcta dirección según la cultura empresarial proclamada por la
revista Harvard Business Review en su número de enero-febrero del 2018.
En su
columna Negocios y Empresas en el periódico La
Jornada, Miguel Pineda en la edición del 30 de enero de 2018 compara a
México y China como el primer y segundo país en recibir divisas de migrantes
durante 2017. Dándonos otro elemento de comparación con este país.
El día
de hoy el periódico La Jornada consigna en su página 33 que México es cómplice
en la tala ilegal en la Amazonia Peruana, lo cual causa daños al clima global,
arraigados en la operación del sector forestal. Según el informe de la Agencia
de Investigación Ambiental (EIA) por sus siglas en inglés y en un despacho de
su corresponsal David Brooks desde Nueva York. Siendo México junto con China
uno de los principales países importadores de madera.
China
es ahora una gran potencia que amenaza al mundo y México una potencia media con
una tradición liberal que la aleja de los totalitarismos. La pregunta que nos
debemos de hacer es: ¿si es válido el totalitarismo o una tradición evolutiva
hacia una democracia cada vez más perfecta?
Como podemos
observar si investigamos un poco la realidad ambiente tenemos muchas semejanzas
con la China, pero no las bases de una cultura proletaria.
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