MARGARITA ZAVALA I
El Signo del Cisma en el PAN.
Desde su fundación en enero de 1939, el Partido
Acción Nacional representó una alternativa para las clases medias y altas de
las urbes y algunos sectores opositores a la Reforma Agraria culminada por el
presidente Lázaro Cárdenas. Es un partido fundado por Manuel Gómez Morin y
Efraín González Luna.
La historia del PAN ha sido narrada por Soledad
Loaeza, documentada por la correspondencia entre sus fundadores publicada por
el FCE. El PAN contiene a las tres derechas que he caracterizado en mi trabajo:
“Políticas Sociales de la Derecha en México 2000-2012” predominando la derecha
conservadora; debo aclarar que también contiene a las otras Derechas definidas
en el mismo trabajo: la ultraderecha y la derecha tradicionalista.
En otro trabajo publicado por Guernica, la UNAM
y la FES Acatlán y coordinado por Francisco Casanova Álvarez y Gabriel Corona
Armenta, demostré que a pesar de las tendencias oligárquicas propias a los
Partidos Políticos el PAN era en 2013 uno de los más democráticos en el
espectro político mexicano.
En efecto el PAN llegó paulatinamente al poder
en el año 2000 y estuvo hasta el año 2012 sucediéndose las presidencias de
Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.
Como lo he señalado antes, en mi libro “Políticas Sociales de la Derecha en México 2000-2012”,
en el sexenio de Vicente Fox los resultados en educación salud y vivienda,
fueron mixtos. En salud pública, en el sexenio 2007-2009 se enfrentó la
pandemia de la influenza A (H1N1), y las políticas de salud de Felipe Calderón,
fueron el cumplimiento de un Derecho Humano fundamental. sin embargo, como he
demostrado en mi trabajo más reciente “Globalización y Drogas. Una comparación
entre México y Colombia 2006-2012”, el presidente Calderón, desato la guerra
con el narcotráfico. Como lo he sostenido en ambos textos que México sea un
estado fallido y que el PAN no haya cumplido con el Régimen de la Revolución
Mexicana.
Como he sostenido en mi texto: “El Descredito
de los Partidos Políticos” Los partidos políticos se han visto sometidos a
críticas recientes que hablan de la pérdida de su importancia debido a su
incapacidad para dar respuesta a los desafíos derivados de nuevas demandas y
actitudes de las sociedades democráticas contemporáneas. En este artículo se
revisan algunas de esas críticas y se concluye que los partidos políticos siguen
cumpliendo funciones básicas para la democracia. El caso de México permite
confirmar esta postura por medio del análisis del problema, cómo se observa
durante su proceso de democratización, en que se han vivido experiencias
inéditas como elecciones que se deciden por unos pocos miles de votos, como
ocurrió en la elección presidencial de 2006.
Lo anterior y como lo he señalado en mi
capítulo de libro “La Democracia y el Cambio” en “Enfoques sobre la Democracia”
Enrique Suarez Iñiguez Coordinador. Es de extrañar que el Siglo XXI señale una
profunda decepción por la Democracia puesto que como se señala en el texto del
libro citado en el último tercio del siglo XX estuvo marcado por una
valorización creciente de la democracia en el mundo. Las instituciones políticas
en numerosos países necesitaban adecuarse a las condiciones resultantes de una
sociedad mejor informada y una economía en acelerado proceso de mundialización
como lo señaló Samuel P. Huntintong en “La Tercera Ola” Paidós 1991.
Como señalé en mi texto “Diseño institucional
para una Democracia Viable” publicado por el INE. Recogido en “El Diseño de la
Democracia” memoria del Foro del mismo nombre en 2006, el reto de la
consolidación democrática en México excede el aspecto electoral, en el que se
ha registrado un sólido avance institucional. La creación de organismos
autónomos encargados de la organización de las elecciones y de un Tribunal
Electoral dependiente del Poder Judicial de la Federación - al cual se ha
confiado la resolución de los conflictos de ellas derivados, y que cuenta con
atribuciones para conocer de impugnaciones contra autoridades electorales
federales y de las entidades federativas – ha dado bases firmes al cambio
democrático.
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