¿Es el
PRI un Partido Nación? V
El CASO JAPONES
(PARTIDO LIBERAL DEMOCRÁTICO JAPONÉS)
Como ya he señalado en la Introducción el caso japonés,
se compone de una multitud de partidos alrededor de un partido que sigue al
país en su Desarrollo como estado Nación, es decir formando un Estado legal y
un Mercado que permita el juego institucional de los intereses. El Partido
Liberal Democrático Japonés ha cumplido esta función ampliamente siendo una
fuerza conservadora de carácter Nipón que se ha mantenido y gobernado casi
ininterrumpidamente desde su fundación en 1955[1]. Este carácter múltiple de
las fuerzas es lo que da al Partido Liberal Democrático, su vigor y al que
propongo como el Partido Nacional del Japón. Teniendo en cuenta que la
Constitución se mantuvo en secreto después de la II Guerra Mundial, hasta los
años 70, y le da al pueblo japonés el carácter pacífico que ahora mantiene a
través de la llamada Constitución de Paz[2].
Este carácter pacífico ha dado al Japón su crecimiento y desarrollo en los
últimos 70 años, lo que lo ha llevado a ser una potencia industrial. Y el Shuntō, que une al capital con la fuerza de trabajo;
el resultado de esta alianza da la armonía necesaria para el desarrollo
japonés.
El caso analizado como lo trata Jean Charlot en
su libro Jean Charlot: es paradigmático de los partidos y las facciones: “El
objeto principal de las facciones que comparten los grupos parlamentarios en la
Dieta es la lucha por el dinero y los honores. Las divisiones políticas e
ideológicas al seno del partido liberal no son más que impedir a sus jefes de
sus facciones externas de colaborar. En el partido socialista por el contrario
las querellas ideológicas conducen en frecuentes ocasiones a escisiones de
grupos de facciones rivales que conducen seguido a la definición de cuestiones
políticas y de vitrinas, pero incluso en los socialistas una corriente de ideas
nueva ha dado nacimiento a alianzas nuevas que trascienden las divisiones
ideológicas tradicionales.
El diputado no solo debe pertenecer a un solo
partido sino también a una facción partidista para lograr un puesto en el
partido en la Dieta o en el Gobierno la mayor parte de los miembros del partido
conservador son de cerca o de lejos, afiliados a una de las seis facciones
principales, que sostienen la candidatura de sus miembros en puestos diversos
en función de su antigüedad y su prestigio. Hoy en la Cámara Baja estas
facciones cuentan de entre 20 y 50 miembros. Como el número de comisiones
parlamentarias y comisiones de partidos es más elevada, cada uno o casi con el
apoyo de una facción puede lograr sin demasiado esperar una presidencia o una
vicepresidencia. En el Partido conservador los mas favorecidos pueden incluso
esperar a ser propuestos a un puesto ministerial. Ambición de todos los
diputados. Cada facción de 20 miembros quiere un portafolio al menos, al seno
del Gabinete. En detrimento de las declaraciones de intención de algunos
primeros ministros como Ikeda e Isato sobre la selección de los ministros en
función de su competencia y no de su pertenencia a una facción, estas dos
calidades, hasta el presente permanecen extrañamente en armonía. El no reconocimiento
de una facción real puede llevar a su defección y a tener consecuencias fatales
para el primer ministro, a su propia facción lejos de la lucha por la renovación
de su propio partido”[3].
…“El PLD fue derrotado en las elecciones de 1993
enfrentó la búsqueda de un nuevo sistema electoral y los barruntos de ruptura en
el interior del PLD, la disolución de la Cámara, la lealtad de empresarios y bancos
con el anuncio de Tsutomu Hata acerca de un nuevo partido el miércoles 19 de junio
se difundió la idea de que la prioridad de este partido sería la reforma de los
sistemas político y electoral de este país o sea un nuevo Shunto”. Nos dice Alfredo Román Zavala en Internacionalización y partidos
políticos en Japón editado por el Colegio de México en 2011.
El Caso Japonés es un modelo de relación entre desarrollo
político y económico en el cual salta a la vista la relación entre ambos. Esta relación
está presente en todas las democracias sin embargo en el japonés produjo el conocido
milagro económico.
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