viernes, 5 de agosto de 2011

Oposición en el régimen presidencial mexicano

La oposición en regímenes presidenciales como el nuestro es considerada,  si no logra mantener los equilibrios necesarios para el cumplimiento de las funciones institucionalmente otorgadas al poder legislativo, como un obstáculo para la marcha del gobierno y hasta una causa de quiebra de las democracias.

Por eso hay autores, como Juan Linz, que plantean la necesidad de adoptar medidas de ingeniería constitucional, para otorgarle a la presidencia la posibilidad de cumplir con la tarea de conducción del Estado. En un ejemplo histórico podríamos citar el nacimiento de la V República Francesa en 1959 como resultado de la necesidad de establecer equilibrios para impedir que la oposición se convierta en una confrontación de diversas fuerzas políticas incapaces de lograr acuerdos para superar la parálisis gubernamental. Es decir, la oposición puede caer en excesos que pueden llegar al extremo de destruir una democracia.

El Partido de la Revolución Democrática es un actor institucionalizado que puede llegar a comportarse como un partido anti-sistema.  El peso de las ideas, de los principios ideológicos que sustentan, al menos en el papel, las posturas del PRD, se ve disminuido por la confrontación interna entre los grupos que dividen a este partido. La vida política del país ha sido impactada negativamente por la lucha interna entre las corrientes, por motivos diversos, tales como los cargos partidistas, las nominaciones a los cargos de representación popular o aún la postura a adoptar frente a los diversos problemas que se debaten en el Congreso. Los costos de esas confrontaciones se observan en la conducción política de México y lo veremos en los meses por venir.

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