viernes, 6 de enero de 2012

El cuerpo azul de Khalí, el Sexo de la Guadalupe o Cada quien su onda

El reportaje del periódico El Financiero en su página cultural del lunes 2 de enero de 2012, presenta el trabajo de Bruce LaBruce al que califica como el “pornógrafo marxista”,  y establece las condiciones de trabajo que ha hecho el artista canadiense. La más importante de sus obras,  La animalidad del sexo muestra que en estos tiempos de mayorías y de nuevas sensibilidades, las minorías deben de ser respetadas. Desde mi punto de vista, en México Antonio Marquet ha hecho un trabajo equivalente, toda proporción guardada porque uno es cineasta y el otro fotógrafo y escritor.

El trabajo que Marquet hace en su blog es una filigrana barroca llena de imágenes que nos permiten adentrarnos en el mundo homosexual mexicano, aunque pudiera caer en excesos de intolerancia con su actitud de crítica implacable a una  Iglesia para él cerrada, olvidando que ésta es una de las instituciones más antiguas de la humanidad.

Antonio Marquet discutió frontalmente cartas pontificias de  Juan Pablo II por lo cual  considero que no habría mejor persona en México para contestarle a Ratzinger su mensaje sobre la pederastia.

Marquet y LaBruce han llevado su trabajo sobre las minorías  al nivel del arte, una obra  propia de los artistas como  la seducción misma. LaBruce habla de que las mujeres heterosexuales han sido una parte muy importante de su electorado, “…de hecho frecuentemente me dicen que utilizan mis filmes como una prueba para sus proyectos de amantes o novios: los llevan a ver mis cintas y si no pueden aguantarlas, los echan.” Yo considero que  el trabajo de Marquet debe de ser visto por todas las mujeres mexicanas y mostrárselos a sus parejas, y si nos les gusta echarlos.

Para cerrar la entrevista LaBruce compartió su opinión sobre los movimientos feministas. “Crecí  en el mejor ambiente feminista extremo, entre lesbianas separatistas, y siempre tuve a mi alrededor mujeres que mandaban a la mierda a sus hombres y hacían sus propias cosas no para tratar de ganar poder en términos masculinos sino para alcanzar una sociedad de matriarcado. No me interesa Hillary Clinton volviéndose un hombre duro y dirigiendo un país. Quiero ver una mujer dirigir un país basada en sus instintos maternales o en su esencia femenina”. Ahora que podemos tener una mujer presidenta, la derecha deberá ser tolerante con las minorías la unión del movimiento gay y las feministas ha demostrado su peso político en el mundo. .


 




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