Los
primeros cien días del Presidente López Obrador.
El
capitalismo mexicano l
La primera semana.
En su introducción a
Civilización material, economía y capitalismo siglo XV-XVIII en el tomo
referido a las estructuras de lo cotidiano. Reconoce que no hay una sino varias
economías: “lo que describe preferentemente es la economía llamada de mercado, a
los tenderetes al aire libre, a los talleres, a las tiendas, a las Bolsas, a
los bancos, a las ferias y naturalmente a los mercados”. Ahí comenzó el
discurso sobre economía y prescindió de los demás.
No hay la documentación al
respecto y por eso él la llama civilización material o vida material. Para lo
que nos ocupa: se instala: “un capitalismo de excepción, en mi opinión un auténtico
capitalismo, siempre multinacional, pariente del de las grandes compañías de
las Indias y de los monopolios de cualquier tamaño, de derecho y, de hecho, que
existían antaño análogos en su fundamento a los monopolios actuales”.
“Estos ecos llegan aún más
lejos y como él señala en la crisis de 1973-74, ha comenzado a proliferar el
denominado “trabajo clandestino”, más las numerosas formas de trabajo doméstico
y “bricolaje”. Fenómeno que ha aumentado lo suficiente para atraer la atención
de algunos economistas representando por lo menos entre el 30% del Producto
Nacional Bruto y el cual no se registra con precisión en las estadísticas
incluso en las economías más avanzadas.
Pero Braudel escribió su
importante obra en 1979 y han pasado casi treinta años, y es casi un tiempo
largo. Sin embargo, deja importantes lecciones que son actuales hoy aún en la
dinámica del capitalismo.
Así como en su obra Dinámica
del Capitalismo, Braudel coincide con Immanuel Wallerstein en que no hay más
economía que la economía mundo. Debo decir que difiero de Wallerstein en su
enfoque dependentista y prefiero a Hobson con quien
dialogó Lenin en su libro “El imperialismo fase superior del capitalismo”.
Pero volviendo al tema que me
ocupa: La economía mexicana, debo decir que me adscribo a los historiadores de
largo plazo mexicanos como Enrique Semo y el gran Enrique Florescano y sus
precios del maíz. La historia del capitalismo mexicana enumera el modelo en que
nos encontramos. Se encuentra también dentro del compromiso hecho por la Revolución Mexicana hace ciento diez y ocho años y dentro del proyecto mexicano
de vida democrática que viene desde 1810. El proyecto democrático en la
reciente elección federal dió como resultado que el actual presidente Andrés
Manuel López Obrador fuera electo y con él una amplia mayoría de su partido ignorando a los grupos reales de poder, ni negociar, con los mismos ni con las otras
fracciones camarales. Esto debido a errores tácticos en las pasadas semanas.
En este periodo de transición
la economía mexicana ha resentido en los mercados internacionales lo anterior
con las dos caídas en la Bolsa a partir de sendos anuncios la suspensión de
las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México y de las nuevas medidas
fundamentadas quizás contra las ganancias de los bancos. El cuatro de diciembre fue un día de
presagios Wall Street no acepta las tensiones comerciales entre China y Estados
Unidos y cae 3.10% favoreciendo al peso mexicano.
El gobierno del Sr Presidente
López Obrador insiste en establecer unas políticas intervencionistas a la
economía por medio de un proyecto de inversiones estatales en diversos rubros
lo que lo haría abandonar su principal preocupación durante la campaña que lo
llevara a la primera magistratura: disminuir la desigualdad social. Esta desde
mi punto de vista se logra por políticas de carácter social para compensar el
crecimiento capitalista. Este último es la producción de riqueza y el segundo
su distribución y compensación de la desigualdad propia de la acumulación
capitalista.
A principios de los años
setenta se detectó que había una fuerte concentración de la riqueza y que las
regiones más vulnerables eran las rurales luego se enfocó a estas la
compensación social y su ayuda ésto duró doce años unas dirigidas a sectores
específicos y posteriormente se creó una Secretaría desde la cual se han
lanzado los programas de desarrollo social. No obstante, hay críticas con
respecto a que ésto es una política asistencialista que favorece clientelismos
o si las prácticas de compensación deben estar más dirigidas al PIB y con esto
a la riqueza.
Independientemente de sus
críticas al liberalismo en estos treinta y seis años el modelo intentó dar
preferencia al mercado y compensar a los sectores más débiles con una política
de corte socialdemócrata y al respecto recordamos la frase de Carlos Marx en su
Crítica del Programa de Gotha: “a cada quien según sus necesidades y de cada
quien según sus capacidades”. La socialdemocracia ahora y después de que Muamar
el Gadafi era miembro de la Internacional Socialista;debemos replantearnos si nuestro modelo no está en el pensamiento de
Melchor Ocampo e Ignacio Ramírez por mencionar a unos cuantos.
Martes 10 de diciembre
de 2018.
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